No hay nada que le guste más a Sarah que cabalgar sobre campos abiertos, vadear arroyos y galopar por el bosque con Mystery. Los hace sentir tan libres como el viento. Sarah no está exactamente segura de a quién pertenece la yegua árabe. Al parecer, ella es propiedad de una anciana. Sarah está entrenando Mystery en equitación y le gustaría convertirse en maestra de equitación cuando crezca.